Depresión – Definición, Síntomas, Causas, Tratamiento..
¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno psicológico se manifiesta como un grupo de síntomas psíquicos que incluyen todas las emociones relacionadas con la melancolía, apatía, tristeza, irritabilidad y desánimo.
La depresión es un trastorno psicológico común si tomamos en cuenta que según cifras de la Organización Mundial de la Salud, más de 340 millones de personas en el mundo sufre de trastornos depresivos frecuentes, la mayoría mujeres. Sin embargo, para ser algo tan frecuente muchas personas desconocen de qué se trata exactamente y peor aún, no sabe que existe diversos tipos de depresión. Debido a este desconocimiento este trastorno mental es hoy en día uno de los problemas más serios que enfrenta la sociedad.
¿En qué consiste la depresión y cómo se manifiesta?
Muchas personas dicen sentirse deprimidas cuando están tristes por alguna circunstancia, sin embargo, la depresión es mucho más que un estado transitorio o pasajero causada por algún evento. Específicamente, este trastorno psicológico se manifiesta como un grupo de síntomas psíquicos que incluyen emociones como la melancolía, apatía, tristeza, irritabilidad y desánimo.
En otras palabras, para decir que se trata de depresión los signos no deben presentarse de manera aislada o casual, sino que deben ser frecuentes y estar presentes el tiempo suficiente para causar deterioro social, laboral, funcional u otro. Esto es que debido a dicho trastorno la persona es muy posible que no puede trabajar, estudiar o relacionarse con los demás. Esto dependiendo del tipo y nivel de depresión que padece, porque esta enfermedad puede presentarse desde una baja transitoria del estado de ánimo hasta un cuadro clínico severo.
¿Bajo qué criterios se clasifican los tipos de depresión?
Existe una tipología de depresión de acuerdo a los criterios pautados en la clasificación de enfermedades mentales y del comportamiento (CIE-10). Son cuatro tipos de criterios: A, B, C y D, los cuales, una vez identificados en el paciente, permiten clasificar este trastorno psicológico de acuerdo a su intensidad en leve, moderado y severo.
Dentro de los criterios de gravedad de episodios depresivos están los de tipo generales, considerados como Criterios A, bajo los cuales se establece que el episodio depresivo tiene una duración de al menos dos semanas y no puede atribuirse al abuso de sustancias psicoactivas o a algún trastorno mental de tipo orgánico, es decir, que la persona posea un daño físico que afecte su funcionamiento cerebral.
Por su parte, los criterios tipo B se establecen cuando hay al menos dos de estas tres condiciones: 1) un humor depresivo anormal casi todos los días y todo el día, apenas modificable y con una duración de al menos dos semanas; 2) hay una pérdida de interés o la capacidad de disfrutar de lo que antes la persona consideraba como una actividad placentera y 3) la persona se siente cada vez más fatigada.
Los signos que forman parte de los criterios C son: 1) Desconfianza, baja autoestima y sentimiento de inferioridad, 2) Autorreproches desproporcionados y sentimientos de culpa excesiva y sin razón, 3) Pensamientos o conducta suicida, 4) Incapacidad de concentración o pensamiento, falta de determinación para tomar decisiones, aumento en la vacilación, 5) mayor agitación o inhibición, 6) Pérdida o excesiva aumento del apetito.
En cuanto al criterio de gravedad D, puede que haya o no síndrome somático, como ansiedad extrema, dolor o fatiga.
Ahora bien, si una persona manifiesta 2 o 3 síntomas de criterio B esto significa que su depresión es leve, que muchas veces no requiere de la interrupción laboral o de otras actividades. Es decir, la persona puede seguir desarrollando su vida normal, y el tratamiento que se presta es de tipo asesoría psicológica para la resolución de problemas y la superación de los períodos depresivos. En esta tipología generalmente entran las depresiones que se presentan durante el embarazo, la cual es tan frecuente que, según la OMS, entre 2 a 4 mujeres de cada 10 manifiestan depresión preparto. En este grupo también se ubican la que sufren los adultos mayores, que aunque común no significa que sea normal, por lo que igualmente se requiere de tratamiento.
En cambio, si además de 2 síntomas de criterio B tiene tanto signos de criterio C que suman un total de seis manifestaciones debe considerarse como una depresión moderada, mientras que la depresión grave es diagnosticada cuando la persona presenta al menos tres elementos sintomatológicos del criterio B y cinco del C, para un total de ocho.
Generalmente, las personas con los tipos de depresión moderada y grave, dependiendo de los síntomas en el caso de la primera, se le recomienda suspender temporalmente sus actividades laborales y algunas sociales, recurriéndose a terapias psicológicas combinadas con medicación.
¿Cuáles son las causas de la depresión?
Una de las dificultades del diagnóstico y tratamiento de la depresión es la variabilidad de las causas que la originan, puesto que entre las posibles causas de la depresión se encuentran las de naturaleza psicodinámica, psicosocial, conductuales, genéticas y biológicas; cada una con el respaldo de estudios que han permitido obtener diversas hipótesis y modelos teóricos, sin que hasta ahora ninguno de ellos haya sido rechazado o aceptado como explicación exacta del origen de la depresión.
¿Cómo interviene la sociedad y las relaciones con los demás en el padecimiento de depresión?
Las causas de naturaleza psicodinámica son aquellas que fueron estudiadas por Freud tiempo atrás y que atribuían la aparición de un conjunto de síntomas depresivos a la vivencia de un evento traumático como la pérdida de un ser querido o la alteración de algún componente de tipo psicológico y que tuviera implicaciones con el desempeño en actividades placenteras, por ejemplo, la pérdida del apetito, la capacidad de amar o la inhibición del deseo sexual.
Por otra parte, las causas con explicación psicosocial son aquellas donde la estructura social en la que vive la persona es en gran parte la responsable de su cuadro depresivo, por lo que los factores que estarían causando este trastorno psicológico serían de tipo cultural, racial o social. Esto ha llevado a algunos estudiosos a plantear que la depresión varía según la cultura. Un ejemplo de esto sería el divorcio o la separación de la persona amada, entendiendo que en algunas sociedades este evento resulta casi normal y menos traumático que en otras.
¿Qué tanto puede deprimir una difícil situación económica o laboral a una persona?
Una crisis económica también entra dentro de las causas psicosociales de la depresión, ante la posibilidad de deprimirse las personas que experimentan inestabilidad laboral o una súbita disminución de sus recursos económicos que pongan en entredicho su status social y hasta su mantenimiento existencial. Curiosamente, algunos estudios infieren que en ciertas culturas las mujeres son las que mayormente tienden a sufrir depresión por este tipo de causa, debido a que tienen menos capacidad económica y financiera que los hombres, pero contrariamente mayores responsabilidades y mayor percepción de la importancia del estatus social.
Otras causas depresivas son las de tipo conductual asociadas a la autoestima, explicando algunos autores que la depresión se produce en aquellas personas que durante su niñez o adolescencia no tuvieron un reforzamiento positivo. Esto es que el patrón de crianza al que estuvieron expuestas, especialmente debido a las recompensas y castigos, tendió a afectar su autoestima.
Desde estos modelos teóricos basados en la causa conductual que buscan explicar la depresión se explica que este tipo de personas deprimidas tienden a pensar que no tienen control sobre su vida, que todo lo malo que le pasa es porque se lo merecen o porque no existe solución al respecto. Esto es lo que se conoce como indefensión aprendida.
De acuerdo con la genética ¿La personas depresivas nacen o se hacen?
Tenemos las explicaciones genéticas de la depresión. Acá los estudios han estado dirigidos a valorar el tipo de familia y los nexos familiares, encontrando que los miembros de una misma familia a menudo están expuestos a factores ambientales que pueden servir de disparadores de la depresión. Igualmente, se han hecho estudios con gemelos y se ha encontrado en ellos hasta un 46% de posibilidades en ambos de sufrir depresión.
Entre los datos que refuerzan el factor genético como una posible causa de depresión están los resultados de un estudio realizado por Cadoret en 1978 en la que encontró que tres de cada ocho niños de padres con trastorno afectivo y que fueron adoptados por padres saludables llegaron a sufrir de depresión.
Hay también explicaciones biológicas al respecto, desde la cual se explica que la causa de la depresión está en la modificación de las células neurotransmisoras. En otras palabras, el sistema nervioso central (SNC) y el sistema límbico estarían afectados a nivel de los circuitos hormonales de noradrenalina, serotonina y dopamina. Esto explicaría porque en algunos casos de depresión se realiza una evaluación del funcionamiento hormonal y en caso de déficit de serotonina, cortisol u otra tiende a diagnosticarse como depresión hormonal.
Nuevamente son las mujeres en las que se reporta mayor incidencia de esta depresión hormonal, al punto de que, según la organización mundial de la salud, la depresión afecta a más de 300 millones de personas, principalmente mujeres, y esto debe en la mayoría de los casos a las variaciones que experimenta su producción hormonal durante el embarazo o la menopausia.
Esta amplia variedad de causas de la depresión demuestra lo compleja que es esta enfermedad y lo importante que es prestarle la debida atención en el momento oportuno.
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